Foto de portada: Emilio García, cuidador de les cabritas del Zoo
La semana pasada, tres cabritos de blanca de Rasquera nacidos en el Zoo se marcharon al Alt Empordà con una misión especial. Vacuna —¡clara hija de la pandemia!— y las hermanas Figa y Flor pastarán a partir de ahora en el sotobosque para prevenir incendios. Desde el 2014, el Zoo participa en el proyecto “Ramats del bosc”, de la Asociación La Gaiata, y ya ha enviado catorce ejemplares, los tres últimos – Bleda, Confina y Corona-- el pasado marzo. Siguiendo las instrucciones de Edu Balsells, coordinador del proyecto, nuestras cabras se integran en un rebaño de la misma raza, que incluye también ovejas ripollesas, en una zona boscosa de casi 1.000 hectáreas situada entre Figueres y Besalú. El proyecto “Ramats del bosc” tiene como objetivo fomentar las razas autóctonas en peligro de extinción y ayudar a prevenir incendios forestales gracias al pasto.
La blanca de Rasquera es una raza propia de varias comarcas meridionales de Cataluña que está en grave peligro de extinción por falta de relevo generacional en las explotaciones ganaderas donde se criaban. Parte del nombre le viene de Rasquera, municipio de la Ribera d’Ebre. Ahora la regresión de la raza la está empujando a zonas más montañosas, donde se conservan en mayor número. Se caracteriza por las orejas grandes y caídas hacia adelante y los grandes cuernos con forma de tirabuzón, rectos o enroscados. El pelaje presenta varias capas, generalmente con manchas negras sobre blanco o totalmente blanco, pero también tricolor o marrón y blanco.
Hemos hablado con Edu Balsells Martínez, también pastor y presidente de La Gaiata, que defiende convencido la labor de los rebaños en el bosque. Nos cuenta que para prevenir y evitar los incendios forestales son básicas, por una parte, la vigilancia y una actuación rápida, a cargo de los bomberos y las agrupaciones de defensa forestal (ADF) y, por la otra, la creación de cortafuegos o franjas de baja combustibilidad donde convenga, para fragmentar los continuos forestales, de modo que un foco de incendio no se convierta en un gran incendio (más de 500 ha). Las estrategias que se utilizan en la prevención de incendios forestales actualmente, como explica Edu, son la inversión en hidroaviones, helicópteros y camiones de bomberos para intentar apagar los fuegos cuando se producen, que es la predominante, así como los tres métodos que se han utilizado de manera tradicional para la gestión de la vegetación: la quema controlada, el desbroce mecánico y el desbroce con animales de pastoreo.
Edu afirma que, en comparación con las estrategias no ganaderas, el silvopastoralismo —el pastoreo extensivo del sotobosque— no solo es menos costoso que sus alternativas en términos económicos, sino que tiene, además, un claro valor añadido, ya que revaloriza el trabajo de los pastores, contribuye a la fijación de la población en el mundo rural y ayuda a recuperar caminos naturales, entre otros efectos positivos. También tiene ventajas con respecto al medio ambiente, porque contribuye a conservar la biodiversidad y los hábitats, disminuye la carga de combustible en el espacio forestal y ayuda a preservar las razas autóctonas y el paisaje.
Para este pastor orgulloso de su oficio, la ganadería extensiva y los pastores son una necesidad social en el entorno mediterráneo. ¡Totalmente de acuerdo con él y satisfechos de que nuestras cabras reencuentren la naturaleza con los amigos de La Gaiata!
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Foto de Oriol Sala Font.