Sapillo balear
El sapillo balear fue descubierto en estado fósil en 1977 y tres años más tarde se encontraron ejemplares vivos en la isla de Mallorca. Esta especie de sapillo vive tan solo en las torrenteras de montaña de la sierra de Tramuntana, en el norte de la isla de Mallorca.
Incluidos como están dentro del género Alytes (sapos), presentan peculiaridades reproductivas propias de estos sapos, entre las que destaca el hecho de que el macho carga en la región lumbar los huevos que pone la hembra y los transporta durante todo el periodo de maduración, humedeciéndolos periódicamente.
Hábitat Natural
Esta especie de sapillo vive en las torrenteras cársticas de montaña de la sierra de Tramuntana, en el norte de la isla de Mallorca.
- Distribución / Residente
- Reproductor
- Hivernante
- Subespecies
Grado de riesgo
- Extinta
- Extinta en estado salvaje
- En peligro crítico
- En peligro
- Vulnerable
- Casi amenazada
- Preocupación menor
- Datos insuficientes
- No evaluada
Taxonomía
Características físicas
Biología
Reproducción
Biología
Es una de las ranas más pequeñas del mundo, ya que solo llega a alcanzar una longitud máxima de 4 cm.
Su piel presenta una gran variedad de coloraciones, desde la pardusca hasta la amarillenta y la verdosa, con numerosas manchas oscuras irregulares distribuidas por el cuerpo. Se caracteriza por los grandes ojos oscuros que evidencian su comportamiento nocturno y por las largas extremidades que le ayudan a subir por las rocas.
Esta especie de sapillo vive en las torrenteras cársticas de montaña de la sierra de Tramuntana, en el norte de la isla de Mallorca.
Insectívora.
Incluidos como están dentro del género Alytes (sapos), presentan peculiaridades reproductivas propias de estos sapos, entre las que destaca el hecho que el macho carga en la región lumbar los huevos que la hembra pone en el suelo y los transporta durante todo el periodo de maduración, humedeciéndolos periódicamente. Cuando están a punto de salir, el macho se mete dentro del agua para que los renacuajos se desprendan. Pero, en este aspecto, el sapillo balear también nos muestra sus peculiaridades, ya que el número de huevos que pone, de siete a doce, es mucho más pequeño que el de los sapos afines, y su volumen, casi el doble.
Las torrenteras de montaña de Mallorca, aunque son estacionales en el caudal y suelen estar secas durante el verano, mantienen balsas y charcos en los congostos que no se secan nunca, y allí es donde los renacuajos del sapillo balear, unos de los más grandes de la fauna europea, crecen y experimentan la metamorfosis
Los sapillos baleares tienen unas extremidades anteriores muy largas que les han proporcionado capacidad escaladora, lo que les ha permitido sobrevivir en un ambiente tan difícil como el suyo. Esta capacidad es muy rara entre los anfibios afines continentales, eminentemente excavadores. Esto se interpreta como una adaptación al medio insular, áspero y calcáreo.
El sapillo balear fue descubierto en estado fósil en 1977 y tres años más tarde se encontraron ejemplares vivos en la isla de Mallorca. Estos barrancos encajados entre paredes escarpadas son su último refugio, dado que la inaccesibilidad del lugar le ha permitido cobijarse de los depredadores, el más importante de los cuales es la culebra viperina (Natrix maura), que constituye el principal factor limitante de la población de sapillo balear, ya que esta serpiente ocupa las partes más bajas de los mismos torrentes donde vive nuestro sapo, impidiendo su presencia en estas zonas.
Se piensa que fueron los romanos los introductores en Mallorca de multitud de especies continentales como la gineta (Ginetta Ginetta), la marta (Martes martes), la mustela (Mustela nivalis), la serpiente de cogulla (Macroprotodon cucullatus), la culebra viperina o la rana común (Rana perezi). La presencia de todas estas especies ha contribuido a la extinción casi total de los endemismos isleños, entre ellos, el sapillo balear. Antiguamente los sapillos baleares colonizaban toda la isla, como lo atestiguan multitud de hallazgos fósiles; pero actualmente solo sobreviven en los lugares más inaccesibles para las nuevas especies invasoras, como son las zonas más escarpadas de los torrentes de montaña de la sierra de Tramuntana.
Actualmente el peligro para las poblaciones de sapillos baleares, junto con el ya mencionado de la introducción de depredadores en su hábitat, consiste en la creciente presión sobre los recursos hídricos de la isla para satisfacer el consumo humano, el aumento de la presencia humana a consecuencia del incremento del turismo rural, la presencia de recolectores de ejemplares para el coleccionismo (aunque es una actividad ilegal) y también la preocupante existencia de contaminantes, procedentes de plantas embotelladoras, recientemente descubiertos.
Ya hace unos años, la Administración autónoma balear firmó un convenio con el Zoo de Barcelona para la cría en cautividad y posterior reintroducción de sapillos baleares a la isla de Mallorca, que ha tenido un éxito notable éxito. En los últimos años, más de mil animales nacidos en nuestras instalaciones han sido liberados en su hábitat natural de la sierra de Tramuntana.