Tarro blanco
El tarro blanco presenta una coloración blanca y negra con una franja marrón en el pecho que lo hace inconfundible. El pico es de color escarlata y presenta un tubérculo en la base, más desarrollado en los machos.
Habita en albuferas y lagunas, preferentemente de aguas de alta salinidad, donde se alimenta de invertebrados, en especial moluscos, insectos y crustáceos, así como de algas y hierbas. Construye los nidos en el suelo, escondidos entre la vegetación, y puede poner hasta 12 o 13 huevos.
Hábitat Natural
Áreas húmedas y costeras del noroeste de Europa y varios puntos del Mediterráneo hacia el este hasta el norte este de China y hacia el sur de Irán and Afganistán.
- Distribución / Residente
- Reproductor
- Hivernante
- Subespecies
Grado de riesgo
- Extinta
- Extinta en estado salvaje
- En peligro crítico
- En peligro
- Vulnerable
- Casi amenazada
- Preocupación menor
- Datos insuficientes
- No evaluada
Taxonomía
Características físicas
Biología
Reproducción
Biología
El tarro blanco presenta una coloración blanca y negra, con una franja marrón en el pecho que le hace inconfundible. Su pico es de color escarlata y presenta un tubérculo en la base, más desarrollado en los machos. Se trata de un ánade de tamaño grande, que llega a pesar casi un quilo y medio, sobre todo los machos, que son un poco más grandes que las hembras.
Habita las albuferas y lagunas, preferentemente de aguas de alta salinidad. Sin embargo, puede hacer uso esporádico de áreas de agua dulce y de ciertos puntos de su distribución, cursos de ríos y lagos, en áreas semidesérticas.
Se alimenta de invertebrados, especialmente moluscos, insectos y crustáceos, así como de aguas y hierbas.
Generalmente, la época reproductiva empieza a mediados del mes de abril o mayo, y empieza por la llegada de los individuos más viejos a las áreas de cría, como adaptación para mejorar el rendimiento reproductivo para escoger los espacios más favorables. Son monógamos y forman parejas de larga duración, a pesar de que migran y mudan el plumaje por separado. Forman colonias de cría reducidas, aunque lo pueden hacer de manera individual o bien alejados de otros congéneres. Construye los nidos en el suelo, escondidos entre la vegetación, a pesar de que a veces pueden aprovechar agujeros en los árboles a más de 8 metros de altura. Las postas van desde los tres hasta los dieciocho huevos, aunque suelen poner entre ocho y diez, de un color cremoso en intervalos de 24 horas aproximadamente y que la hembra empolla entre 28 y 31 días mientras el macho solo actúa de guardián de la zona.
Puede pasar más de doce horas al día alimentándose. De hecho, para hacerlo, suele escoger las horas nocturnas para aprovechar de forma más adecuada las mareas. Migratorio parcial, los individuos de áreas más septentrionales suelen migrar hacia el sur al llegar los meses fríos del año, a la busca de más alimento y mejores temperaturas.
No se encuentra en peligro en gran parte de su distribución, especialmente en el paleártico occidental, donde las poblaciones están en tendencia positiva, al menos durante los últimos cuarenta años. Las grandes concentraciones de pájaros invernantes o en periodo de muda les pueden hacer vulnerables a desastres naturales o enfermedades.