¡En verano, preparados para el calor!

Ximpanzé menjant gelat

Como cada año, con el incremento de las temperaturas, el Zoo de Barcelona ha puesto en marcha una serie de medidas extraordinarias para paliar los efectos de las altas temperaturas en los animales. Estos cuidados complementan la atención diaria que reciben las diferentes especies por parte del equipo de cuidadores y cuidadoras y se enmarcan en la voluntad del zoo de velar en todo momento por el bienestar y la salud animal.

 

El Zoo de Barcelona, por su ubicación privilegiada junto al Parque de la Ciutadella y la abundante vegetación, registra temperaturas que, de media, son unos tres grados inferiores a las del resto de la ciudad. Sin embargo, cuando llegan episodios de calor intenso, el zoo activa un protocolo especial para que las diferentes especies afronten, de la mejor manera, el calor.

 

Una de las prioridades es garantizar la buena hidratación de los animales. Para ello, el zoo pone más bebederos en las instalaciones y renueva con mayor frecuencia el agua para que esté fresca. También se intensifica la limpieza y renovación del agua de las zonas de baño y los lodazales que tienen algunas especies, unos espacios que tienen un papel importante en la regulación térmica de animales como los facóqueros y las elefantas.

 

A otras especies como el bisonte, el búfalo y también las elefantas, se las remoja haciendo uso de mangueras o aspersores. Y a los felinos y a los osos, se les activan los ventiladores que tienen en sus estancias interiores para facilitar la renovación del aire y controlar así la climatización de esas instalaciones. 

 

La alimentación es otro elemento que se adapta durante los periodos de calor. Algunos ejemplos son la fruta congelada y los helados de caldo o de zumo de fruta que se ofrecen a los primates, los bloques de hielo con fruta para las jirafas o los granizados de gusanos para las mangostas y los suricatas.

 

 

Ximpes amb gelats

 

El Zoo de Barcelona reduce su consumo de agua


Todas estas acciones se llevan a cabo procurando el máximo ahorro de agua posible, dada la situación de sequía sostenida de los últimos años. En este contexto, ya hace más de un año que el zoo ha ido tomando medidas de control y ahorro de agua, que han hecho posible pasar de un consumo diario de 1.500 m3 en 2018 a los 900 m3 actuales.

Entre las medidas de control y ahorro de agua vigentes en el zoo, destaca la implantación de un sistema de monitorización del consumo de agua y de otro para detectar fugas, o la reducción de las frecuencias de limpieza y vaciado de los lagos fuera de la temporada de verano, garantizando siempre la higiene y el bienestar de los animales. 

Además, en las nuevas zonas ajardinadas que se construyen, se incorpora riego por goteo, y también se están haciendo pruebas con vegetación que tiene una menor necesidad hídrica.

 

Una planta piloto para regenerar el agua sobrante de la limpieza del zoo 

 

En paralelo a estas medidas para hacer un uso más eficiente del agua, el Zoo de Barcelona participa desde hace unos meses en el proyecto “Gestión de recursos hídricos en instalaciones zoológicas – FIT4USE Tecnología de recirculación de aguas” ​​​​​​, financiado por la Unión Europea a través del programa LIFE, que tiene como objetivo encontrar soluciones para que los zoológicos optimicen el uso del agua, un recurso imprescindible en su día a día.

 

En el marco de este proyecto, el zoo contará con una planta piloto de regeneración de agua procedente de la limpieza de las instalaciones. La planta funcionará mediante un sistema similar a las zonas húmedas, en las que las plantas y los microorganismos hacen de sistemas naturales de depuración. El agua tratada se reaprovechará dentro del propio zoo para regar, limpiar o rellenar balsas naturalizadas. 

 

La sensibilización será una parte importante del proyecto, que pondrá las personas en el centro. Alrededor de la planta se incluirán elementos interpretativos e interactivos que permitirán a los visitantes conocer y valorar el papel clave de las zonas húmedas, unos ecosistemas fuertemente amenazados y en regresión en el planeta, su importancia capital en el ciclo del agua como reservorio y filtro y su alto valor para la preservación de la biodiversidad.

 

La planta, que estará lista en el verano del 2025, se ubicará junto a las balsas naturalizadas y estará diseñada de tal manera que los visitantes podrán ver cómo se filtra el agua. Con anterioridad, el zoo ya llevará a cabo algunas acciones divulgativas relacionadas con este proyecto, como una encuesta para evaluar el nivel de conocimiento y concienciación de la ciudadanía respecto de la gestión del agua y las consecuencias del cambio climático. 

 

El proyecto LIFE está coordinado por la Universidad Técnica de Liberec y cuenta con un presupuesto de 2,7 millones de euros. Además del Zoo de Barcelona, participan en el proyecto la Fundación Solidaridad de la Universidad de Barcelona; la Universidad de Girona, a través del grupo de investigación Laboratorio de Ingeniería Química Ambiental; el Zoo de Liberec, y el grupo Photon Water Technology, experto en tratamientos de agua. Y hay un grupo de expertos externos con participación del Bioparc de Valencia o el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, entre otros.