Son árboles con las ramas bastante retorcidas que acaban formando una copa redondeada y extensa que da mucha sombra. Las hojas se parecen mucho a las de las tipuanas y las robinias, pero tienen el ápex apuntado y no tienen pinchos en las ramas. Los frutos, también muy diferentes a los de las tipuanas y las robinias, permanecen en el árbol en forma de colgantes gráciles y densos, incluso después de caerse las hojas.

Es un árbol que se planta a menudo en las calles y plazas de Barcelona debido a la resistencia que demuestra en los ambientes urbanos.