El miércoles pasado 14/12/16 liberamos a 82 ferrerets (Alytes muletensis) nacidos en el Zoo en la Sierra de Tramontana de Mallorca. Se trata de una especie de anfibio endémica de esta isla, y el objetivo de la actuación es reforzar sus poblaciones como parte del Plan de conservación del ferreret de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Gobierno de las Islas Baleares. En total, 45 adultos y subadultos y 37 larvas han empezado ya su adaptación en las torrenteras de montaña mallorquinas.
Los esfuerzos conjuntos de los últimos años para la conservación del ferreret ya han permitido que su situación haya pasado de “peligro crítico” a “vulnerable” según la catalogación de la lista roja de la UICN (dos categorías más abajo en el grado de amenaza). El proyecto de recuperación del ferreret ha recibido el reconocimiento internacional y está sirviendo de modelo para otros planes de conservación.
Algunas características de la especie y su hábitat
Las torrenteras de montaña de Mallorca, aunque son estacionales en su caudal y suelen quedarse secas en verano, mantienen balsas y charcos en pozas que no se secan nunca, y es ahí donde los renacuajos del ferreret, que son de los más grandes de la fauna europea, crecen y experimentan la metamorfosis.
Los ferrerets tienen unas extremidades anteriores muy largas que les han proporcionado capacidad escaladora, cosa que les ha permitido sobrevivir en un ambiente tan difícil como el suyo. Esta capacidad es muy rara entre los anfibios afines continentales, eminentemente excavadores. Esto se interpreta como una adaptación al medio insular, áspero y calcáreo.
Incluidos como están en el género Alytes (sapos), presentan peculiaridades reproductivas propias de estos sapos, entre las que destaca el hecho de que el macho transporta en su región lumbar los huevos que la hembra pone en el suelo y los transporta durante todo el período de maduración, humedeciéndolos periódicamente. Cuando están a punto de salir, el macho los introduce en el agua para que los renacuajos puedan nadar libremente.
El Plan de conservación del ferreret
En 1980 se encontró en la Sierra de Tramontana de Mallorca uno de los últimos vertebrados descubiertos de la fauna europea, el ferreret (Alytes muletensis). Esta especie de anfibio, resto de la antigua fauna que habitaba en Mallorca antes de las invasiones de las especies animales continentales, tenía su hábitat en una reducida área de torrentes en la Sierra de Tramontana, donde no habían llegado las especies invasoras a causa del perfil agreste del terreno.
Esta minúscula área de distribución y el limitado número de ejemplares que se contabilizaron en los primeros censos pusieron en alerta a las autoridades y a la comunidad científica, que empezaron a trabajar para conocer esta nueva especie y protegerla. El fruto de este trabajo colectivo fue la inclusión del ferreret, en 1982, en el Libro Rojo de la UICN con la catalogación de especie “en peligro crítico” así como la redacción, en 1991, del primer plan de recuperación del ferreret con los principales objetivos de conservar las poblaciones y hábitats, controlar a los depredadores introducidos, crear nuevos puntos de reproducción, luchar contra la contaminación del hábitat --a la cual los anfibios son muy sensibles--, y hacer divulgación sobre su situación.
Una de las medidas tomadas fue ampliar la cría en cautividad de la especie, a la cual han contribuido, entro otros miembros de un grupo selecto de instituciones, el prestigioso Jersey Wildlife Trust y también en el Zoo de Barcelona, con el cual la Consejería balear firmó un convenio de colaboración. Desde 1993, la reproducción en el Zoo de Barcelona ha sido espectacular. Más de 1.500 ejemplares han nacido en sus instalaciones y alrededor de un 95% han sido entregados a las autoridades mallorquinas para su liberación en el medio natural.
La liberación de esta semana tiene el objetivo de reforzar las poblaciones de una zona de la Sierra de Tramontana con escasez de ejemplares. Actualmente el proyecto también contempla la lucha contra las enfermedades emergentes que afectan a los anfibios, como la quitridiomicosis, provocada por un hongo que está afectando dramáticamente a los anfibios de todo el planeta y que ahora ya está presente en la isla de Mallorca.