El Zoo, además de ser un centro dedicado al conocimiento, la conservación y la investigación sobre la fauna, también es un jardín que acoge una gran diversidad de animales urbanos. Su arbolado y la gran cantidad de arbustos y de parterres ajardinados que llenan el parque acogen a muchas aves, algún pequeño mamífero y un gran número de invertebrados.

La jardinería tradicional está enfocada hacia la ornamentación y tiene poco en cuenta a esta fauna silvestre que vive en nuestros jardines y que los utiliza como hábitat. Siguiendo indicaciones del Área de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona y en línea con las nuevas tendencias en jardinería sostenible y de bajo impacto ambiental, hemos empezado a hacer algunos cambios en la gestión de la flora de nuestro parque y a crear áreas propicias para el desarrollo de la fauna urbana. Todos los puntos verdes de la ciudad son necesarios para estos animales, que buscan refugio para alejarse de áreas más hostiles, esconderse entre la hojarasca, hacer el nido bajo los arbustos o sobre troncos, aprovechar la producción de frutos y flores para poder alimentarse y utilizar el agua de lagos y fuentes.

Iniciamos, pues, un proyecto que hemos bautizado como jardinería zoológica, una manera diferente de entender el jardín que permita favorecer la biodiversidad, especialmente en los invertebrados, y que incorpore también la práctica de una jardinería más sostenible que requiera menos agua para el riego, sin olvidar la difusión de estas buenas prácticas. Ya hace algunos años que el Zoo empezó las primeras actuaciones en esta dirección creando el Jardín de la biodiversidad en la Granja, en complicidad con algunos de sus trabajadores amantes de la fauna urbana silvestre, pero ahora la intención es dar más impulso y recursos a este concepto del jardín como refugio de la fauna.

¿Qué estamos haciendo para favorecer la presencia de fauna urbana en el Zoo?

Estas son algunas de las acciones que hemos empezado a poner en marcha:

• Acotar áreas del Zoo para dejar crecer en ellas libremente el prado existente y favorecer el libre crecimiento de la flora espontánea, gramíneas y otras “malas hierbas” que pueden ser hábitats idóneos para invertebrados.

• Disminuir la siega en otros parterres para dejar que crezcan las flores.

• Dedicar más espacio a los arbustos autóctonos, que se deben regar menos y que tienen flores y frutos nutritivos para las larvas de las mariposas y otros insectos. Un ejemplo de ello es una gran franja de 126 m2 al lado de los bisontes, junto a la valla del Parlamento.

• Incorporar más plantas con flores como fuente de néctar para favorecer la presencia de los insectos polinizadores. Hemos plantado algunas en el Jardín de las mariposas de la Granja, en los parterres situados delante de las mangostas i los alcaudones, y al lado del Palmeral.

• Crear corredores verdes por donde se puedan mover las especies de fauna urbana presentes en nuestro jardín, como los erizos o los sapos.

• Diseñar una rotulación que explique esta forma de jardinería y los espacios que le dedicamos para que todo el mundo entienda que, aunque pueden parecer menos atractivas, son en realidad áreas de alta biodiversidad muy interesantes de observar.

Los resultados de algunas de estas actuaciones han sido realmente rápidos y vale la pena desviar de vez en cuando la mirada de los animales más grandes que viven dentro de las instalaciones de nuestro parque y fijarse también en las abejas, mariposas y otros insectos que han venido enseguida, atraídos por la nueva flora de los parterres y pequeños prados que llenan de vida y color el jardín urbano del Zoo.

Los resultados de algunas de estas actuaciones han sido realmente rápidos y vale la pena desviar de vez en cuando la mirada de los animales más grandes que viven dentro de las instalaciones de nuestro parque y fijarse también en las abejas, mariposas y otros insectos que han venido enseguida, atraídos por la nueva flora de los parterres y pequeños prados que llenan de vida y color el jardín urbano del Zoo.