Los espinillos no tienen un tronco demasiado alto ni vistoso, pero cuando son jóvenes tienen un aspecto muy curioso con la corteza lisa y de color verde. La poca altura ayuda al hecho de que la copa, de ramas péndulas y que pinchan, caiga casi hasta el suelo. Debido a la morfología de las hojas, esta copa es rala y prácticamente deja ver todo lo que pasa por detrás de ella. En estado silvestre, los encontramos siguiendo el curso de los drenajes naturales de agua.

A pesar del aspecto grácil de la copa, en su lugar de origen se cultiva para formar vallas, ya que las ramas tienen pinchos que desempeñan muy bien esta función protectora. De hecho, su nombre específico, aculeata, quiere decir espinoso en latín.