La encina tiene un crecimiento lento pero, con los años, forma una copa ancha y frondosa. Las hojas son pequeñas, coriáceas, con el anverso verde oscuro y el reverso de tonalidades grises por los pequeños pelos que las recubren. Los encinares son los bosques esclerófilos más típicos y desarrollados de la cuenca mediterránea aunque, debido a la formación de claros por parte del hombre, se están implantando los pinos, que acaban siendo la especie dominante.

La bellota, el fruto que producen las encinas, es muy importante en la dieta del cerdo ibérico, del que se obtiene el apreciado jamón. Se calcula que 10 kilogramos de bellotas comidos en los últimos tres meses de la vida del animal equivalen a 1 kilogramo de jamón ibérico.