Chajá moñudo
El chajá moñudo, a pesar de no parecerlo, pertenece al orden de los anseriformes, al igual que los patos y las ocas. Es un ave grande, de hasta 90 cm de altura y de 2 a 5 kg de peso. Presenta unos espolones curvados y puntiagudos en la parte anterior de las alas, de hasta 5 cm de longitud, que utiliza como arma defensiva.
En muchos lugares de Sudamérica, dada su agresividad y una potente voz, se utiliza como animal de vigilancia.
Hábitat Natural
Centro y sur de América del sur, desde el noreste de Argentina, Uruguay y Paraguay hasta Brasil, Perú y Bolivia.
- Distribución / Residente
- Reproductor
- Hivernante
- Subespecies
Grado de riesgo
- Extinta
- Extinta en estado salvaje
- En peligro crítico
- En peligro
- Vulnerable
- Casi amenazada
- Preocupación menor
- Datos insuficientes
- No evaluada
Taxonomía
Características físicas
Biología
Reproducción
Biología
El chajá moñudo es la más común de las tres especies existentes de anímidos, una familia que, aunque no lo parezca, pertenece al orden de los anseriformes, igual que los patos y las ocas. Es un pájaro grande, de patas fuertes y largas. Es característica la presencia de dos espolones curvados y puntiagudos en el margen anterior del ala, de hasta 5 cm de longitud, utilizados como arma defensiva. Sin embargo, el rasgo que separa más claramente a los anímidos del resto de anseriformes es la forma del pico, corto y curvado, muy diferente al de un pato y más parecido al de un ave rapaz. El nombre de chajá recuerda a su poderoso grito, audible a una gran distancia.
Su área de distribución abarca la parte central de América del Sur (Bolivia, Paraguay, el sur de Brasil y el norte de Argentina) y se encuentra preferentemente en ambientes húmedos, pero ocupa también la pampa abierta.
La alimentación es sobre todo vegetariana, aunque también come insectos y otros pequeños animales.
La época reproductiva empieza en la primavera austral, aunque hay una cierta variabilidad y el ancho del calendario de cría puede variar ostensiblemente en función de la latitud. Durante el año, estas aves viven formando pequeños grupos, pero en la época de reproducción se establecen por parejas. El nido es voluminoso, a veces construido sobre el agua, pero normalmente se sitúa en los márgenes de lagunas y riachuelos. Pueden llegar a poner entre dos y siete huevos, aunque lo habitual es que las puestas sean de entre tres y cinco, que serán incubados durante un período de entre 42 y 46 días por ambos miembros de la pareja, siendo generalmente el macho quien lo hace durante el día.
Es sedentario y no migratorio en toda su área de distribución. Pueden hacer movimientos en grandes grupos durante los meses de invierno, pero siempre a cortas distancias y en busca de alimento.
No se encuentra en peligro en la actualidad, aunque sufre una cierta presión humana por la competición con especies domésticas por los recursos alimentarios, por la destrucción de cultivos y por la desecación de puntos de agua a lo largo del territorio. Se ha llegado a domesticar en algunas partes de América del Sur.